22 sept 2008

Estereotipos y generalizaciones, Vol.1: Los Jóvenes Titulados sin experiencia.


Últimamente está volviendo la moda de hablar de lo mal que está el panorama para los jóvenes recién titulados universitarios. Pero no es algo nuevo en España, ni tampoco especialmente alarmante. Símplemente, hay que prepararse para la evidencia: Hay muchos titulados y pocos puestos cualificados para ocupar. Por ello, el orientador laboral debe ayudar especialmente a este tipo de usuarios. En esta entrada intentaré poner sobre la mesa algunas de las cosas que se suelen oir sobre los jóvenes y "lo mal que lo tienen", para comentar algunas cosas al respecto.

Hay demasiados titulados. Ya no merece la pena estudiar una carrera. Tengo que ponerme a trabajar de otras cosas, porque de lo mío "no hay".


Que hay muchos, es cierto. España es uno de los países con mayor número de titulados universitarios. Pero esto se debe a varios factores:

1. Nuestro sistema de equidad para el acceso a la educación superior. De lo mejor de todo el mundo. Deberíamos estar orgullosos de ello.
2. El "boom" que ha supuesto, para las generaciones a quienes les ha tocado ser padres tras el franquismo, este sistema de equidad, en combinación con los factores siguientes.
3. La degradación de la imagen de la Formación Profesional (aunque actualmente va mejorando su imagen).
4. La sana, razonable y sabia intención que tiene todo padre de que su hijo tenga mejores oportunidades en un futuro
5. La creencia de que la mayor garantía de futuro es cursar una carrera universitaria.
6. La creencia de que es mejor "no desperdiciar" el potencial de un niño que creemos que es inteligente o simplemente creemos que tiene posibilidades.

Algunas de estas razones son simplemente datos objetivos (1, 2), otras son creencias sociales. Algunas de estas (5), ahora se están poniendo en duda.

Con respecto a todo ello, sólo quisiera subrayar algunas cosas:

Es cierto que el mercado laboral es muy competitivo, y que las oportunidades de INICIAR (que no tanto de continuar) una carrera laboral, tras la consecución de la formación universitaria, son más bien escasas. Pero no es menos cierto que las oportunidades EXISTEN, y sólo hay que perseverar. Mucha gente se "avalanza" a otros perfiles de trabajo, y no llega a trabajar nunca de "lo suyo", pero en muchos casos es porque ni siquiera lo ha buscado lo suficiente, ni se ha preparado para ello. Otra gente se "avalanza" más tarde, y poco a poco va perdiendo sus objetivos iniciales.

No hay que engañarse: Quienes consiguen iniciar una carrera en el campo de sus estudios, son las personas que se lo proponen. Ni más, ni menos. Más tarde, o más temprano. En combinación con el ejercicio de otros trabajos menos cualificados, o a dedicación completa (si la situación se lo permite). Y una vez iniciado el camino, continuarlo es mucho más fácil.

También es cierto que hay gente que llega a cursar carreras que no le interesan realmente. Para no llegar a esta situación tan frustrante, lo que debería es potenciarse la ORIENTACIÓN VOCACIONAL, vital para evaluar la situación, de manera contínua, y para ayudar a elegir un itinerario formativo apropiado para cada caso, y que la decisión de empezar una carrera sea, además, una decisión bien documentada, y no haya "sorpresas" posteriores a la hora de afrontar el mercado laboral.


La gente no debería mandar a sus hijos a estudiar a la universidad. Mejor que hagan algo más práctico y con más salida.


Muchas veces he oído esto -en conversaciones de estas de "arreglar el mundo"- a personas que, paradójicamente, tienen a sus propios hijos estudiando en la Universidad. Está claro que cuando dicen "la gente", se refieren a "los hijos de los demás".

Por un lado, estaría de acuerdo en el hecho de que "hay demasiados", sólo desde el enfoque de que hace falta una orientación vocacional y profesional más efectiva que produjera, como consecuencia principal, una mayor diversificación de los itinerarios formativo-laborales de los alumnos de la ESO y Bachillerato. Hay muchos casos de personas que han cursado estudios en la universidad por decisión paterna, pero no por decisión propia. En otros casos, las presuntas "salidas laborales" han cegado la decisión. Otros descubren al poco que no les gustan sus estudios y que hubieran preferido algo más práctico para trabajar. Todo esto son fracasos de la orientación vocacional y profesional.


Hay demasiados titulados. El mercado prefiere a titulados medios, o de formación profesional. Los españoles están demasiado formados.

No me deja de sorprender esto. Ahora resulta que estamos "demasiado" preparados.

Sin embargo, estoy harto de ver ofertas de empleo para titulados que piden cada vez más y más formación: Máster en esto, Postgrado en aquello, Especialización en lo otro, Imprescindible curso de nosequé... ¿No era que estábamos demasiado formados? Pues tener una licenciatura o diplomatura, no parece, en principio, suficiente (sí lo es, por supuesto). El mercado no nos dice que estemos demasiado preparados. Lo estamos, si apuntamos hacia las oportunidades de menor cualificación, pero sólo en ese caso.

La experiencia sigue siendo lo más valorado por las empresas, pero cada vez se está alimentando más la necesidad de hacer más y más formación. Y la oficina de empleo te ofrece más y más formación (ocupacional). Pero que nadie se deje llevar por esa inercia. Lo más importante para un joven titulado, es adquirir experiencia. Es la mejor formación, y además remunerada (aunque sea poco en un principio), y abrirá las puertas que la formación no abre por sí misma.

---

Pongamos un poco de sentido común en todo esto, y pensemos, que lo importante es que nuestros hijos se labren un buen porvenir: Futuro próspero, con posibilidades de éxito, en un campo profesional satisfactorio a nivel personal.
¿Es la carrera universitaria la respuesta? No. ¿Es la formación profesional la respuesta? No. La respuesta es la Orientación en el ámbito escolar: educativa, vocacional, profesional y laboral. Y la orientación influye a todos los actores educativos, pero, sobre todo, a los PADRES, al ALUMNO, ORIENTADOR y a los DOCENTES.

El mejor futuro que se puede ofrecer a nuestros hijos es, sin duda, esforzarnos por que elijan, por sí mismos, pero con ayuda documentada, un itinerario formativo y laboral acorde con su personalidad, vocación, aptitudes, posibilidades y salidas laborales. En el término medio, está la virtud. Y esta ayuda ha de ser constante, y sostenida durante toda la etapa formativa.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenisimo el artículo! Estoy completamente de acuerdo con lo que dices.. Mucha equidad y poca oferta a la hora de la verdad. Esta dificil.. Yo estoy estudiando psicopedagogía y te diré que me ha encantado este blog!

Felipe dijo...

Gracias, me alegro de que te guste el blog (y más siendo estudiante de psicopedagogía).

Lo que hace falta en estos tiempos del empleo temporal es tratar de tomar las riendas de la carrera profesional, y que no sea el mercado laboral el que nos domine por completo, sobre todo en los inicios.