6 oct 2009

Una de Titulitis: La precaria situación de los Educadores Sociales

Quienes hayan pasado por aquí otras veces sabrán que soy psicopedagogo y educador social, dedicado a la orientación laboral en este momento. Quienes hayan visto mi entrada ¿Contratarías a un psicopedagogo como Técnico de Selección? comprobarán también la precaria situación de algunos titulados en un mercado laboral que los excluye, a pesar de tener los conocimientos necesarios para ejercer determinadas profesiones.

Pues hoy voy a hablar de algo que me escama desde que terminé la carrera de Educación Social: La precaria situación laboral de los Educadores Sociales en España.

¿Qué es un Educador Social?

Es un profesional de la educación no formal, preparado con una formación universitaria basada en la práctica con todo tipo de colectivos, en especial en riesgo de exclusión social, y en la teoría sociológica, antropológica y pedagógica; además de poseer una buena base en psicología básica, organizacional, social y del aprendizaje.

Por tanto es un especialista en formación y en orientación; con adultos, en riesgo de exclusión o no, con niños y adolescentes; y en todos los contextos imaginables.

Como especialista en formación, está preparado para programar, gestionar e implementar todo tipo de intervenciones educativas. Pero su intervención no es sólo operativa; sino que parte de una filosofía, de un modo de ver la realidad, eminentemente educativo, en contraste con otros profesionales como los trabajadores sociales, cuyo prisma es el de la orientación ante la burocracia de los diferentes soportes sociales existentes para todo tipo de colectivos que los demanden.

Por tanto, podemos decir, que un Educador Social es el profesional ideal para ser:

Ámbito laboral:
-El formador de una empresa
-El coordinador o formador de un programa de formación ocupacional o contínua
-El supervisor didáctico de una empresa dedicada a la formación.

Ámbito educativo:
-Director, coordinador y docente en escuelas de adultos
-Docente, coordinador, en ámbitos formales (escuelas, institutos), de la formación en áreas transversales sociales.
-Formador en talleres educativos de todo tipo.
-Mediador social educativo entre familias, docentes y alumnos.
-Es el profesional ideal para impartir educación para la ciudadanía.
-Es el profesional ideal (o uno de ellos) para impartir las acciones formativas para recuperación de puntos del carnet de conducir (injustificablemente restringido a psicólogos).

Ámbito social:
-Gestor de campañas educativas y de sensibilización social.
-Mediador social educativo en el ámbito asociativo.
-Gestor de programas técnicos educativos y de promoción vital de las personas (tanto en área profesional como personal).

Ámbito personal:
-Coaching educativo.

Ámbito sanitario:
-Creador e implementador de tratamientos educativos (como parte de un equipo multidisciplinar en el que los sanitarios diagnostican, el psicopedagogo determina necesidades educativas junto con el educador, y el educador diseña, desarrolla e implementa el programa educativo a llevar a cabo).

...y muchos más ámbitos y trabajos. Lo que está claro, en todo caso, es que es el profesional ideal para trabajar, desde el punto de vista educativo, en cualquier ámbito que no sea impartir las asignaturas de la educación formal.

Realidad del Educador Social: En tierra de nadie, acosado por el intrusismo y sin posibilidad de "intercambiar" ámbitos con sus intrusos.

La realidad del Educador Social viene definida, más o menos, por esta radiografía:

-Las empresas no lo conocen.
-Las entidades sociales tampoco. Algunas lo conocen, pero siguen en la tendencia de abusar de los trabajadores sociales o de los psicólogos como "remedio" universal.
-Muchas veces se contratan a educadores sociales por imperativo legal de las subvenciones (caso EMORGA, por ejemplo), no por decisión de la entidad.
-Muchos educadores son contratados para puestos de inferior categoría profesional (como TASOC, por ejemplo). Esta situación es permanente en algunos ámbitos.
-En una gran cantidad de ámbitos no existen no sólo educadores, sino ninguna figura educativa de intervención con formación universitaria (caso de las residencias y centros de día de 3ª edad, donde sólo se contratan TASOC).

Por otra parte, los ámbitos donde el Educador Social es la figura esencial, no están siendo defendidos por nadie, empezando por los colegios de educadores sociales de las CCAA (ninguno defiende las competencias exclusivas).

De esta situación de indefensión profesional, se deriva una situación de intrusismo profesional y de incapacidad para integrarse en un mercado laboral, en el que ocurre lo siguiente:

-Un educador es contemplado en muchas plazas (públicas o privadas) en igualdad de condiciones con un trabajador social, cuando el puesto es eminentemente educativo.

-Sin embargo, para un puesto de trabajador social, jamás se contrata a un educador social, aunque este último tenga experiencia de sobra en la gestión y tramitación de ayudas con todo tipo de colectivos. (Los trabajadores sociales sí tienen defendidas sus competencias, en detrimento de los educadores sociales)

Es decir, que el educador social no está siendo defendido por nadie, en lo que realmente debería ser la primera demanda: La defensa de las competencias exclusivas del educador social. O al menos compartidas con profesionales de la educación de categoría formativa similar o superior (pedagogos, psicopedagogos).

La realidad es que, actualmente, para ejercer de educador "vale cualquiera", pues aunque todos entendemos que la educación es un asunto esencial en nuestra sociedad, a la hora de la verdad lo vemos como algo secundario y que, en todo caso, puede hacer "cualquiera" que haya tratado con personas.

¿Puede un psicólogo operar a corazón abierto sin ser cirujano? La respuesta es obvia en este caso. Pero si en el terreno educativo no lo vemos, es, en parte, porque tampoco vemos la importancia de la educación y, por consiguiente, de la formación y capacitación de los profesionales de este ámbito.

¿Y tú qué opinas?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo con lo que dices. El panorama laboral del educador es para llorar...biquiños. Montse

Felipe dijo...

Gracias montsiña... Sobre todo ahí por donde andas, donde salen educadores como churros de santiago y ourense... ¿dónde van a parar?

Lola dijo...

Me gustaría centrarme en uno de los aspectos que planteas en el "post" y que creo que en estos tiempos de crisis afectará más que nunca a la figura del educador/a social, ya de por si bastante maltratada.

Y es en la contratación de "cualquiera" para ejercer como educador... Seamos serios, alguien con un cursito de 120 horas sobre animación o intervención en el campo social (a veces ni eso; todo queda a la buena voluntad y la moral del lugar en cuestión) no está preparado para diseñar, diagnosticar, adaptarse a diferentes situaciones y problemáticas, practicar el "counselling" sin poner en tela de juicio a la persona a la que tienes delante, etc.

Creo que si el campo de "lo social" dejase de atenderse desde el prisma de "hacer caridad", mejoraría bastante parte del problema.

Lo bueno si breve, dos veces bueno o eso dicen... dan igual miles de horas escuchando las penas del usuario de turno (algo que en ocasiones es lo más necesario, siempre y cuando luego propongamos una intervención o el comienzo de ella) , lo que verdaderamente importa es "orientar" a la gente en la dirección adecuada, a veces basta con recomendarle a una madre desorientada algún método educativo, o asesorar a alguien en determinada parcela, o poner en marcha ciertos mecanismos internos del sujeto para que "la cosa" comience a marchar... pero esto, amigos, solo es posible cuando la persona que está detrás de la intervención es un profesional formado, que sabe lo que hace y no va dando palos de ciego o "mareando la perdiz"...

No se me ofendan, pero el intrusismo del que habla este chico está a la orden del día... mientras tanto "ordas" de educadores en el paro o dedicados a otros menesteres, esperamos a que llegue nuestra oportunidad.

Felipe dijo...

Gracias, Lola. Me encanta verte opinar por aquí (y cuando no estamos de acuerdo, también).

El duende de la empresa dijo...

A los que somos de ciencias del trabajo y relaciones laborales nos pasa lo mismo...tenemos que vender nuestra carrera continuamente en las entrevistas de trabajo para que sepan que valemos y que sabemos de lo que hablamos..

Muchas veces me han llegado a preguntar que era ciencias del trabajo, relaciones laborales ya lo conocen pero no somos solo tecnicos de nominas sino que llegamos a formarnos en tecnicos de recursos humanos....y es una pena que no se sepa la verdad..pero no nos cansaremos de seguir luchando ;)

Un abrazo Felipe.

Anónimo dijo...

Pues sí; y me parece muy grave la pasividad de los colegios. Y lo que me parece peor, los nuevos colegios que abren procesos de habilitación con requisitos pá matarse, ala!!! fomentemos más el intrusismo desde nuestros propios colegios.
Pues hartos ya de esta situación nos hemos reunido un grupo de ES y estamos creando MOVAES, www.movaes.org

Felipe dijo...

Gracias Anónimo por la información. No conocía esta iniciativa, estaré atento a partir de ahora. Me alegro mucho de que haya una disidencia organizada. Mucho ánimo!

Anónimo dijo...

Y yo que teía pensado empezar este año año la carrera de educación social..
Ya se me están pasando las ganas...

Felipe dijo...

Pues infórmate bien, y decide. Yo no me arrepiento de haberla cursado, pero tampoco estoy seguro de si haría lo mismo conociendo el panorama laboral...

Es una carrera muy interesante, y con futuro si te vas a otros paises de la Unión Europea y algunas contadas CCAA... Pero por desgracia, la realidad laboral todavía es muy precaria...

No obstante, como cualquier otra titulación universitaria, te puede abrir las puertas profesionales al gran mundo laboral en el que no es estrictamente necesaria una titulación en concreto, pero que sí importa un mínimo nivel formativo. Y también es un buen punto para el sector social y educativo en general, donde tendrás que competir y colaborar con toda clase de titulados diferentes.